20 noviembre 2010

Paralelismo entre Picasso y Degas

Edgar Degas (1834-1917) y Pablo Picasso (1881-1973) tenían un estilo parecido. Así se muestra en el museo Picasso de Barcelona. Obras que Degas pintó, más tarde Picasso hizo lo mismo y hasta desde una misma perspectiva. El artista malagueño sintió durante toda su vida una fascinación por la obra y personalidad de Degas. Coleccionó obras del impresionista, reinterpretó la iconografía más característica varias veces, y al final de su vida creó escenas que incluyen retratos de Degas, situado en un burdel.


Ambos artistas se centraron, a lo largo de su carrera, en la figura humana. Partieron del retrato para pasar de las técnicas tradicionales a una iconografía más moderna. No era fácil destacar. Degas, tenía unos treinta años cuando pintó los primeros cuadros modernos de importancia, en cambio, Picasso logró el mismo objetivo con tan sólo doce años.

En el 1855, Degas con 21 años decidió ir a Italia para formarse. Picasso escogió París donde fue por primera vez en el 1900 con casi veinte años, época en que el prestigio artístico de la capital francesa estaban en la cima. Pero hasta el 1904 no se instaló, época en que ya había hecho recreaciones de los cuadros más famosos de Degas, como por ejemplo uno que lleva por título ‘Retrato de Sebastià Junyer Vidal’, cuadro parecido a ‘En el café’ de Degas. Ambos hicieron obras relacionadas con el desnudo femenino, y pintaron escenas de mujeres bañándose y peinándose.

Cuando ya era conocido por todo el mundo, Picasso seguía admirando el dibujo de Degas. Hasta el punto que el malagueño que manifestó poco interés para el ballet de joven, pero la fascinación cada vez mayor por Degas, conocido como “el pintor de las bailarinas” hizo que, con el tiempo, incluyera también la iconografía de la danza. Además, el español hizo recreaciones sobrecogedoras de la famosa ‘Joven bailarina de catorce años’ del francés. Picasso se adentró hasta tal punto con el ballet, que se casó con la bailarina Olga Diaghilev. La escultura de la ‘Joven bailarina de catorce años’ es la única que expuso al público. Del ‘Gran arabesco, segunda vez’, Picasso hizo una escultura parecida, aunque más original y divertida, que lleva por título ‘Mujer corriendo’.

Otra vertiente es las escenas de burdel. En 1968, en muchos grabados se pueden encontrar grandes parecidos de la iconografía y la técnica de Degas, mientras que en 1971 Picasso empezó una serie de trenta y nueve aguafuertes en que Degas aparece como cliente, como por ejemplo: ‘Degas, con chaqué, dibujándose a sí mismo, con vestido, entre las prostitutas”.

La muestra, que estará expuesta hasta enero, reúne más de cien obras creadas por el español y el francés procedentes de museos internacionales y colecciones privadas, con el propósito de examinar la reacción de Pablo Picasso al reto planteado por la obra de Edgar Degas y la afinidad fascinante entre en pensamiento creativo y los métodos de trabajo de ambos. Muchas de estas piezas son la primera vez que se ven en España.



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