Parece ser que el mercado del arte se va recuperando. La crisis ha afectado a todos los sectores y el del Arte no ha sido una excepción, aunque últimamente todo parece indicar que lentamente se empiezan a notar los famosos brotes verdes que le están dando buenas y nuevas perspectivas.
Las subastas se vuelven a llenar de personas dispuestas a invertir –alguna de ellas mucho dinero- para poseer una obra artística que antes de la crisis, bien seguro le hubiera costado mucho más.
Los precios, al igual que en otros sectores se han tenido que ajustar para pasar rápidamente página de las alegrías pasadas, tocar los pies en el suelo y asumir que en los ciclos económicos, y este lo es, históricamente siempre después de una época de vacas gordas viene una de flacas. Los ajustes son importantes sólo hay que comparar los precios de salida y remate de las subastas anteriores a la crisis con los actuales.
Las galerías llevan más de dos años quejándose de las ventas, algunas no han podido aguantar y han tenido que cerrar.
Los artistas contemporáneos -con buena firma, galería y ventas- se acostumbraron rápido, como toda la sociedad , a un ritmo escalofriante de vivir. Tocó apretarse el cinturón y ahora a otro nivel, seguro que volverán a situarse en una plácida pero no tan desmesurada situación.
Esta claro, pues, que lo anterior a la crisis hay que olvidarlo y centrarnos en salir de la misma con los precios que puede asumir el mercado en estos momentos. Por último, debemos tener presente, que el mercado del Arte siempre ha tenido una faceta de “valor refugio” que con los precios actuales seguro que le serán propicios a nuevos inversores, que se encapricharan de las obras adquiridas y se convertirán en coleccionistas. El arte siempre absorbe a los interesados.
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