Uno de los principales pintores contemporáneos y destacado por sus trazos figurativos es Jaume Muxart (Martorell, 1922). El pasado mes de marzo se inauguró el ‘Muxart, Espai d’Art i Creació Contemporanis’, situado en la Casa Par de la villa que lo vio nacer, un edificio restaurado durante el 2010 y que está destinado a la conservación y exposición de las obras del artista.
Nada más adentrarse en el “museo”, uno se encuentra con un cuadro simbólico que lleva por nombre ‘Ícar’ (1965), una manera de evocar a la mitología griega, y que muestra las heridas de Ícar, ya sin alas, envuelto por la tristeza y el abandono. De ahí las distintas tonalidades de grises. Incluso las flores han perdido vida. En esta misma sala, también hay piezas emblemáticas como las que representan a miembros de su familia, por un lado ’Mis hermanas’ (1947), una de pie con los brazos cruzados y la otra sentada en una silla, se muestran serias pero dispuestas a ser observadas para la realización del cuadro. Una de ellas, aparece en ‘Maria Teresa Muxart’ (1947) estirada en la cama y leyendo un libro, con interés. De este modo empezó con el realismo, aunque años más tarde podemos observar el expresionismo en distintas obras, una de ellas es ‘Belén’ (1951). Movimiento cultural que Muxart establece con la figuración de rasgos lineales y denso empaste aportando intensidad. Aún así, al igual que muchos artistas, en su carrera también está presente el abstracto. ‘Gran árbol’ (1969) y ‘Cúpula blanca’ (1963) son un ejemplo, cuyos colores destacan al mezclarse claros y oscuros.
Siguiendo el recorrido uno se encuentra con su biografía a partir de documentación gráfica: fotografías de juventud, de familia, amigos, grupos de artistas, aulas y alumnos de Bellas Artes, catálogos e inauguraciones de exposiciones, entre otros documentos. En las paredes de la sala se muestran distintas fotografías de su entorno –también privado– y su lugar de inspiración y creación. Cabe resaltar un excelente autorretrato realizado en 1944.
Cuando uno va visitando el espacio, se da cuenta de la gran cantidad de obras del artista, y cómo se aprovecha cada pared con cuadros de distintas medidas y series, compuestos por colores violetas, amarillos y rojos atrevidos, y personajes con fisonomías bien peculiares. Este sitio pretende acercar los sentimientos más profundos del artista. Los espantapájaros, los jarrones que guardan la vida de las flores, paisajes con mar o montaña y sol; obras de pequeño formato muy bien meditadas y con trazos marcados. Al mirar de lejos, en las paredes se ve todo de colores, es como si la paleta del artista no descansara para encontrar el color más adecuado y, muchas veces, vivo.
‘Ícar’ (1965), de Jaume Muxart
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