21 diciembre 2011

África y Cataluña en el interior de Sergi Barnils

Nacido en África pero de familia española, Sergi Barnils (Bata, Guinea Ecuatorial, 1954) se sincera y explora su propio interior, en el que predomina un mensaje religioso. El Centro Cultural Unnim Caixa Terrassa ha reunido más de setenta obras suyas, bajo el título ‘Sergi Barnils. Hacia la ciudad esplendorosa’, para ofrecer una retrospectiva que va desde el 1988 hasta el 2011.

El comisario de la exposición, Luca Beatrice, describe al pintor, que vive en Barcelona aunque trabaja en Sant Cugat, como: “Español de adopción pero africano de sangre, porqué nació en Bata (Guinea Ecuatorial); en él se cruzan los sabores mediterráneos, los paisajes tanto de Bata como de Cataluña, los cálidos ritmos del continente negro con la cultura al rojo vivo de la España posfranquista”. Según Beatrice, a Barnils “no se le puede circunscribir en ninguna categoría pictórica concreta”. Ha tenido distintas tendencias –figurativas, abstractas, cubistas, informalistas–. Un claro ejemplo del cubismo es, ‘Doce estadios de los caminos de la estancia luminosa’ (1994) que reúne 12 paisajes y situaciones distintas a partir de figuras geométricas llenas de colores vivos, igual que en ‘Estadios de los jardines olvidados’ (1997). Con tan sólo dos colores opuestos, el blanco y el negro, crea una figura invadida por símbolos –redondas, cuadrados, triángulos,...– que forman un conjunto llamado ‘De los signíferos negros’ (1996). Un cubismo que luego evoluciona hacia un informalismo a partir de una técnica material que aporta la escultura en la pintura, como en ‘Pondero, Señor, las obras de tus manos’; o una técnica encáustica como en ‘Dios nos ha bendecido’, realizadas este año 2011. Su expresión gestual surge de un gesto improvisado y rápido aunque muy controlado que crea formas geométricas. Esta geometría que se quiere sumergir dentro de su alma, revela una inocencia como si se tratara de un niño.

Su fuerte creencia religiosa le lleva, principalmente a partir de los años 80, a fijarse en el cielo, especialmente del Vallès Occidental y con el tiempo a refugiarse en su espíritu; conduciéndole todo ello al Libro de la Revelación o Apocalipsis, que tanto le fascina. Como se explica en el catálogo de la exposición, el artista “se adentra en los últimos capítulos, el 21 y el 22, donde se describe la nueva Jerusalén, la ciudad celestial, imagen figurativa del paraíso que, en la visión del evangelista Juan a Patmos, baja del cielo como una novia engalanada”.

Es de admirar cómo utiliza la técnica de la encáustica, que consiste en aplicar una capa de cera caliente sobre la pintura y que luego se pule con trapos secos. Los asistentes pueden observar un documental que muestra el proceso de creación de algunas obras mediante esta técnica. Su producción aporta distintas formas y símbolos. Algunos de ellos, pueden recordar el estilo de Miró.

Barnils, al igual que muchos artistas, ha tenido más éxito en el extranjero que en España. Su gran reconocimiento queda demostrado en esta muestra que cuenta con la colaboración del comisario de la exposición, Luca Beatrice, y de la Galería Marcorossi Artecontemporanea de Milano. Los cuadros proceden de colecciones privadas y museos públicos de Cataluña y de la capital de La Rioja –Logroño–, a parte de distintos países como Alemania, Italia, Austria y Holanda. La retrospectiva se puede observar hasta el 15 de enero.



‘Dios nos ha bendecido’, de Sergi Barnils


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