03 junio 2011

Un reencuentro con Beltrán Massés

Federico Beltrán Massés (Güira de Melena, Cuba, 1885 - Barcelona, 1949), en su época era un pintor español muy cotizado, incluso más que Picasso. Vivió una época gloriosa, con éxitos y trabajos muy bien valorados. Su pintura es clásica, de los años 20, pero aún destaca y prevalece en la actualidad, no queda para nada desfasada. Aún así, parece que su nombre, actualmente, no es tan conocido como el de Dalí, Goya, Picasso o Miró. De este modo, el Museo Dioceano de Barcelona, junto con Ibercaja, lo quiere recordar con una exposición de 200 piezas –entre pinturas, documentos, dibujos, fotografías y objetos personales– que lleva por título: ‘Un pintor en la corte de Hollywood’. Escogido porqué el artista se encargó de pintar a mucha gente de las cortes y del cine.

Fue alumno predilecto de Antoni Caba en la ciudad condal y de Joaquín Sorolla en Madrid. Sus obras realizadas en Europa, Estados Unidos y la India triunfaron. Algunos críticos definen al artista como pintor de Art Déco, pero supo meterse en distintos estilos. Lo que está claro es que su obra es realista moderna, aunque viviera el Novecentismo. Las figuras humanas son magníficas, las formas, las curvas, los perfiles, la expresión, las arrugas y hasta los hoyuelos. Impresionante.

En las cortes
En aquella época la fotografía no tenía color, no daba la vida que traía unas pinceladas excelentes con dotes de perfección. Así que la alta sociedad, como reyes, marquesas y duquesas, querían tener un retrato realizado por uno de los grandes, Beltrán Massés. Pintó a decenas de personajes como a los reyes Alfonso XIII de España, George VI del Reino Unido, Humberto II de Italia, Jorge II de Grecia, el Sha de Persia, los maharajaes de Kapurtala, de Indore, el príncipe George Bibesco, las marquesas Luisa Casati, de Casa Maury, de Martègne, el papa Pío XII, y así decenas de personas.

El cuadro del rey Alfonso XII tiene una tonalidad oscura, donde se muestra serio posando con su uniforme militar y sus medallas. En 1918 Bertrán Massés realizó la obra ‘La maja maldita’ y la Marquesa Casati lo vio expuesto en Londres. Le gustó tanto que quiso que le hiciera uno igual –‘La Marquesa Casati’ (1920)– también estirada y transmitiendo sensualidad, con sus profundos ojos verdes y una esfera de cristal azul en la mano pareciendo una vidente. La ‘Marquesa de Casa Maury’ (1921) también quería transmitir sensualidad posando con una rosa en la mano, un gran escote y una mirada pensativa. Muestra unos ojos azules muy bonitos.

Beltrán Massés no frecuentaba los círculos artísticos –como sí hacían muchos pintores de la época­–. Estuvo un tiempo en París, como muchos de los grandes, pero él se movía por otro ambiente, el de la ‘Jet Set’, las personas ricas.

Retratista de las estrellas Hollywood
Además, fue un retratista de Hollywood, pintó a los grandes del mundo del cine, a Rodolfo Valentino, Natacha Rambova, Pola Negri, Joan Crawford, Marion Davies, entre muchos otros. Con Rodolfo Valentino tuvo mucha amistad, según la historiadora de arte y periodista, María Antonia Salom de Tord, “fueron presentados en la Costa Azul durante el verano-otoño de 1924”. A partir de ese momento establecieron un contacto que les llevó a una gran amistad e hizo muchos retratos de él. Gracias al argentino pintó a muchos actores y actrices porqué Valentino le presentó a “todo Hollywood” en una fiesta el 1925. Se le consideraba un grande relaciones públicas, una persona muy abierta y simpática así que le fue fácil establecer más contactos. Retrató a un ‘Douglas Fairbaks, Jr.’ (1932) melancólico, apoyado en una barandilla, fumando un cigarro. También a ‘Joan Crawford’ (1932), que se muestra elegante y a la vez provocativa, enseñando medio pecho, con una camisa abierta donde el punto de cierre es con una pajarita. Está dentro de lo que parece una góndola, ya que por el fondo parece que está retratada en Venecia. Cabe recordar que el artista fue un éxito en la Bienal de Venecia de 1920.

Impresionismo
También tuvo otra faceta impresionista, donde pintaba cuadros llenos de distintas manchas con colores vivos. En estas obras revive románticas escenas de amor, parques nocturnos, todo sueño y fantasía. Así se puede observar en ‘Juegos en el parque’ donde aparecen tres mujeres con bonitos vestidos jugando entre los árboles.

Religión
La religión también ocupó parte de sus obras como un  ‘Descendimiento de la cruz’ (1921) donde se muestra la pena de Jesús sacrificado y sus discípulos adorándolo. La parte, tierna viene por parte de ‘La Virgen con el Niño’.

La bien documentada y excelente exposición que nos recuerda y hace revivir a este gran pintor se puede visitar hasta el 17 de julio.


‘La Marquesa Casati’ (1920) de Federico Beltrán Massés

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