30 noviembre 2011

Denys Rubio, un enamorado de Reus y la cultura popular

Con un gran aprecio a la ciudad de Reus y a la cultura popular catalana, el barcelonés Denys Rubio (Barcelona, 1947) expone en la Sala Constantí Art de Reus, bajo el título ‘Reus de Fiesta y Color’. Hay 43 obras realizadas con la técnica del óleo que son un testimonio directo de la festividad y la alegría.

Cada año, durante la fiesta mayor de Sant Pere (San Pedro), el artista se une al festejo como un ciudadano más. Esta popular celebración le inspira a realizar obras muy bien conseguidas, que no llegan a ser impresionistas a pesar de plasmar la luz y detener el tiempo. Es un estilo figurativo que proyecta la realidad destacándola con un entorno muy colorido y difuminado que parece que sea una ilusión.

El espectáculo de los rebeldes ‘diables’, la majestuosa figura de los ‘castellers’, los ‘gegants’ y los ‘nanos’ bailando al son de las gaitas y tambores que se convierten en su fiel banda sonora; todos ellos son los grandes protagonistas de la fiesta mayor y por eso en muchas ocasiones el pintor los perfila con nitidez, en cambio, los reusenses, están allí porqué sin ellos no existiría esta festividad pero son anónimos, ya que Rubio no quiere transmitir una exactitud al pintarlos. Los edificios son unos complementos perfectos a estas tradiciones, edificios señoriales frente a una cultura que perdura desde hace años. Movimientos llenos de alegría, sentimiento y emoción ligada a un patriotismo –directamente transmitido en alguna obra con la bandera de la ciudad o la señera– que se acentúa durante este tipo de celebraciones. Calles llenas de ciudadanos alegres, que forman una hermandad del cual se sienten muy orgullosos. Así es la cultura popular.

Denys Rubio ha expuesto en distintos países como Israel y Estados Unidos, además de distintos países de Europa. Sus cuadros, de calidad y con precios asequibles, están cautivando a enamorados del arte y la cultura catalana como se demuestra con las ventas que se están llevando a cabo, y de las cuales ha informado la galería. Las personas que quieran visitar esta exposición y acercarse a la cultura popular catalana, tienen tiempo hasta el 10 de diciembre.




Imágenes cedidas por la Sala Constantí Art

28 noviembre 2011

El mundo diversificado de Katerina Alavedra-Duchoslav

Katerina Alavedra-Duchoslav (Checoslovaquia, 1958) plasma sus vivencias sobre países que conoce muy bien. En su historia destacan tres países, ya que nació en la República Checa, su etapa adolescente y estudiantil la pasó en Suiza, y su vida más adulta en Cataluña, donde se instaló al encontrar el amor. Su producción es fruto de sus experiencias pasadas. De ahí, ‘Mi mundo’, título de su exposición más reciente, en la galería Traç d’Art de Sabadell.

Entre las obras destacan temas como Praga y Lisboa. Lo plasma aportando un aire bastante mediterráneo, a partir de distintos colores suaves y que aportan calma, reflexión y hasta nostalgia. Sentimientos muy bien construidos y estructurados, que le permiten expresarse satisfactoriamente en sus obras. En muchas ocasiones nos muestra una perspectiva lejana como en ‘Praga desde la torre’ y ‘Lisboa pequeña y panorámica’. Otra ostentosa visión, es la que representa la suma de dos cuadros (uno al lado del otro), y que forman una histórica fábrica y símbolo del vínculo fuerte que tuvo la ciudad de Terrassa con el textil: el Vapor Aymerich, tan conocido por los egarenses.

Del estilo figurativo de la artista mediante la técnica acrílico sobre tela resultan unos paisajes realistas con una iluminación muy bien encontrada, al igual que los pequeños detalles que completan sus cuadros como por ejemplo, las ventanas de las ciudades, las hojas de los árboles o las personas que dan vida a la ciudad. Esta pintora muestra su vocación no sólo en los paisajes sino también en las figuras humanas y los bodegones que, acompañados de fruta y plantas, constituyen una decoración muy completa.

Los cuadros de Alavedra-Duchoslav, afincada en Sant Cugat del Vallès, muestran una diversidad de sensaciones, fruto de haber vivido en distintos lugares. Un trabajo bien perfilado y expuesto en la galería Traç d’Art hasta el próximo día 30.





25 noviembre 2011

El misterio de la presencia del ser humano grabado por Montserrat Senserrich

Personas que revelan su existencia de una forma muy común: caminando. Montserrat Senserrich (Sabadell, 1939) ha querido transmitir su presencia a partir de las piernas de las figuras humanas y de las sombras que les acompañan siempre tomando  protagonismo y no despegándose de ellas. Manifestado, todo ello, en grabados, la Galeria Nova 3 de Sabadell ha querido mostrar esta vitalidad acogiendo diferentes tiradas de 11 piezas.

El grabado es una técnica complicada. Hay artistas que no se ven capaces de realizarlo debido a su dificultad. Senserrich es una pintora que ha querido exponer su experiencia en grabados, realizados utilizando varias técnicas como la aguatinta –que requiere de distintos ácidos y crea zonas de distintos tonos–, el aguafuerte –que se recubre una lámina de una capa de barniz–, la puntaseca y el carborúndum mezclado con ácido o resina. Según el uso de los distintos materiales, coge un color u otro. Senserrich además ha querido utilizar collage en el fondo de algunas obras para darle un color más vivo.

Los protagonistas de sus obras son hombres y mujeres que están caminando hacia su destino o simplemente esperando a alguien. En algunos casos seguramente están charlando, como podemos observar cuando aparecen dos piernas de mujer frente a las de un hombre. Aún así transmite un misterio porqué no podemos percibir la cara de las personas, y en la mayoría de ocasiones ni la cabeza, ni el tronco. Las figuras que muestran movimiento, por los colores utilizados se podría llegar a pensar que están huyendo, pero siempre con su fiel amiga, la sombra.

La artista deja al público intrigado, porqué ofrece sólo una parte de la información enseñando las piernas y el espectador debe imaginar la figura entera. Es una manera de hacernos recapacitar sobre la existencia del ser humano. Los grabados reflejaran dicho misterio en la nombrada galería hasta el próximo 12 de diciembre.


Imagen del grabado cedida por la artista Montserrat Senserrich





23 noviembre 2011

Anna Seguranyes plasma la vida de los jóvenes

El ocio de los jóvenes y las relaciones interpersonales son el tema principal de las obras de Anna Seguranyes (1966, Vic). Ha decidido cazar de forma imprevista a personas que realizan alguna actividad: charlar, pasear, descansar, fotografiar u observar el paisaje, entre otras. Sabe encontrar la espontaneidad y ha captado la atención de la galería Bells Marcs (Vic, Barcelona) que ha decidido exponer sus cuadros.

La pintora estuvo un tiempo en los Estados Unidos, hecho que le ha influenciado en su creación. En algunas de sus obras muestra grandes referencias como matrículas estadounidenses, las famosas letras ‘Hollywood’ o de la cadena de televisión ‘NBC’ que son una clara pista sobre dicha influencia. Encaja su estilo realista en un fondo monocromático limpio, como también caracteriza a su padre, -el reconocido pintor y escultor Joan Seguranyes-, aunque ella utiliza colores más intensos como el azul y el verde vivos. Una manera de aportar un resultado más juvenil y atrevido.

En la mayoría de sus óleos, los protagonistas son un chico y una chica, y si nos fijamos bien podemos detectar que tiene un modelo, ya que son los mismos personajes en varios cuadros. Estos tienen la misma fisonomía aunque les cambia algún aspecto, como por ejemplo el pelo. Esta similitud se puede percibir en las obras ‘Felicitando al ganador’ y ‘Fondo salpicado’. Pero no sólo pinta personas en un agradable paisaje sino que también comida y bebida. En uno de sus cuadros se puede observar a dos trozos de melón junto a una lata de refresco –‘light’–, donde se muestra su marca conocida mundialmente, recordándonos este tipo de aparición “publicitaria” del   estilo pop-art.

Su manera de representar la vida real está muy bien conseguida y es un reflejo de los jóvenes que buscan o encuentran la felicidad de distintas formas: valorando las personas de su alrededor, los paisajes o su vida cotidiana. Esta exposición se puede visitar hasta el próximo día 30.

‘Mini rojo’, de Anna Seguranyes


21 noviembre 2011

Los paisajes urbanos de la mano de Abel Florido

La galería Ausart de Vic apuesta por unos paisajes urbanos extraordinarios que invitan a estar un buen rato observando las corrientes escenas cotidianas de nuestras ciudades, fielmente representadas por el artista Abel Florido (Barcelona, 1963). De ahí, el título de la exposición: ‘Vistas a la ciudad’.

El artista utiliza el acrílico y consigue una creación desdibujada, que hace que el público entrevea las formas. Su estilo figurativo se va definiendo a medida que el espectador se aleja. Es entonces cuando uno puede observar una buena definición, como si aumentara la resolución del cuadro, una técnica complicada pero que está muy bien lograda. Dentro de estas ciudades pinta personas en movimiento, representando la vida en las grandes ciudades con el ambiente en los mercados, los taxis de Nueva York o sus edificios en los que impera la enorme publicidad que ha pasado a ser parte de sus fachadas.

En todos sus cuadros abundan los colores grises, negros y blancos. De hecho, Abel Florido empezó pintando sólo con estos colores, hasta que decidió añadir partes de color. Una manera de innovar y que además le ha salido bien, ya que aporta personalidad y vida. Este toque de energía lo da en determinadas zonas de la obra como en los anuncios, chaquetas, bolsos, taxis o autobuses. Partes que resalta con un color vivo. Emplea mayoritariamente el rojo pero también el azul o el amarillo. Colores bien escogidos y en lugares encontrados correctamente para que añadan importancia y fuerza.

Estas pinceladas que tanto resaltan aportan originalidad y una gran personalidad, por parte de Florido. Además sabe cómo lograr la atención del público que busca apreciar los detalles que se pueden observar en su obra. Paisajes urbanos donde nos hemos podido encontrar alguna vez en nuestra vida, como en el Paseo de Gracia de Barcelona, o en ‘Picadilly Circus’ de Londres, pero que hace que se conviertan en un lugar excepcional. Sus obras se pueden observar hasta el próximo día 30.




 ‘Picadilly Circus’, de Abel Florido

16 noviembre 2011

Joan Seguranyes muestra, por primera vez, sus óleos

El Carme Vic Galeria d’Art (Vic, Barcelona) es testimonio y protagonista de un hecho histórico. Es la primera vez que el artista local, Joan Seguranyes (Vic, 1932), ha expuesto sus óleos públicamente. Las pinturas junto a las esculturas y dibujos constituyen cerca de una cuarentena de obras.

En esta exposición se puede observar una representación completa de sus creaciones en las distintas vertientes artísticas que toman como protagonista a la figura femenina y el misterio de sus formas corporales. Mujeres pensativas, melancólicas y preocupadas pero que intentan cautivar mostrando a su vez, sensibilidad, ternura y sensualidad acentuada en algunos desnudos o semidesnudos pintados sobre un fondo monocromático de color claro para resaltar a la figura. En algunas obras, esa feminidad se encuentra desprevenida como se puede observar en cuadros en que la musa da la espalda al espectador; peina su pelo de distintos tonos marrones y dorado; se lamenta como en la pintura ‘Desnudo sobre fondo negro’; o simplemente reflexiona como en ‘Chica con vestido granate’, ‘Pensando’ y ‘Chica con jersey azul’. Si aparece alguna pieza de ropa, en los cuadros, es de un color oscuro –azul, negro o granate– que contrastan con la piel de las chicas.

Las esculturas expuestas son de bronce. En ellas también representa al cuerpo rotundo de la mujer destacando cualidades tan femeninas como ‘Maternidad’ o ‘Mirarse al espejo’. Seguranyes, reconocido sobre todo como gran escultor por su creación de figuras, muestra sensibilidad por lo clásico aportando, además, una perfección fiel a su estilo figurativo tanto en escultura, dibujo, como pintura.

Este artista, hijo de un escultor, muestra una vocación innata. Su admiración hacia la figura femenina se puede observar en esta galería hasta el 29 de noviembre.


 ‘Peinándose’, de Joan Seguranyes


14 noviembre 2011

Piezas de museo en la galería Artur Ramon Art

‘La edad de oro de la pintura catalana (1885 – 1930)’ es un periodo que abarca el modernismo y el novecentismo, épocas en las que coincidieron artistas catalanes excelentes. Con esta denominación se ha bautizado la exposición de la galería Artur Ramon Art formada por una veintena de obras que podrían encajar en un museo, elegidas de forma muy rigurosa y dando preferencia a la calidad de pintores: Ricard Canals (Barcelona 1876 – 1931), Ramon Casas (Barcelona 1866 – 1932), Joaquim Mir (Barcelona 1873 – 1940), Isidre Nonell (Barcelona 1872 – 1911), Ricard Urgell (Barcelona 1873 – 1924), Dionís Baixeras (Barcelona 1862 – 1943) y Ramon Pichot (Barcelona, 1871 – París, 1925), entre otros.

La pieza más antigua, que abre la exposición es ‘Barca, pescadores y niños en la playa de Barcelona’ (1885) de Dionís Baixeras. Representa un paisaje de la vida marinera, que él conoce muy bien, ya que sus abuelos paternos eran tejedores de velas. Pinta a unas niñas que juegan mientras su padre, pescador, repara la barca, su más valorada herramienta de trabajo. Al fondo del cuadro se puede observar otra embarcación con otro pescador. De este modo, el artista quiere mostrar cómo es el día a día de los pescadores. En la muestra se encuentran agrupadas distintas marinas, entre ellas: ‘Tres barcas en la playa’ de Modest Urgell (Barcelona, 1839 – 1919), ‘Cadaqués’ de Segundo Matilla (Madrid 1862- Teià 1937) y ‘Port Lligat’ de Eliseu Meifrèn (Barcelona 1859 – 1940).

Una creación también muy destacada es ‘La cría’ de Ricard Canals, que estuvo en manos de un coleccionista durante casi 80 años, hasta que la adquirió la galería. Este fabuloso cuadro refleja la Barcelona de 1896, con tonos de luz ocre que consigue seguir la silueta de las figuras centrales dorando su pelo. Además, cabe destacar la utilización de un color naranja muy vivo, casi fluorescente, por parte del artista, en la naranja de la niña situada en el centro de la creación. Canals era miembro de la ‘Colla del Safrà’ (Grupo del Azafrán), llamada así porqué en sus obras predominaba el color ocre o azafrán; en este grupo se encontraban Nonell, Mir, Vallmitjana, Adrià Gual y Ramon Pichot. Todos ellos representaban a personajes marginales que destacaban con la luz del sol.

Otra anécdota de la exposición es la pintura de Josep Cusachs (Montpeller, 1851 – Barcelona, 1908), ‘Genet’. En el proceso de limpieza de esta obra, la galería descubrió una dedicatoria que se había escondido en la que se leía: “A mi (…) amigo Pedro Llibre”, signado y datado en 1893. 

Destacable es ver la composición de una pintura incorporando otro cuadro, como sucede en: ‘Esperando’, de Ricard Urgell, y ‘Retrato de un pintor en su estudio’, de Joan Bauzà. Ramon Casas también representa un utensilio del pintor, los bastidores estucados que hacen de fondo en el cuadro ‘Busto de mujer’. Éstas y las demás obras, la mayoría de carácter impresionista, que son el espejo de la sociedad de aquella época, se pueden observar hasta el próximo 7 de enero.


 ‘Barca, pescadores y niños en la playa de Barcelona’, de Dionís Baixeras (imagen cedida por la galería Artur Ramon Art)

‘La cría’ de Ricard Canals (imagen cedida por la galería Artur Ramon Art)

10 noviembre 2011

Vanguardias del Siglo XX en la Galería Manuel Barbié

Obras de vanguardistas destacados como Picasso, Fernand Léger, Juan Gris, Gustav Klimt, Joaquim Torres-Garcia, Alexander Calder y Constantin Brancusi han sido reunidas en la Galería Manuel Barbié bajo el título ‘Afinidades Selectivas’. Coincide con la inauguración de una nueva etapa de la galería, establecida de nuevo en su antigua ubicación de la calle Consell de Cent de Barcelona.

La muestra consta de una gran colección que hace un recorrido por el arte del siglo XX, empezando por el cubismo de Juan Gris, María Blanchard y Amédée Ozenfant; siguiendo con el choque del mundo moderno y maquinista, Jean Metzinger, Albert Gleizes; el redescubrimiento de la sensualidad de Pablo Picasso, Gustav Klimt, Pablo Gargallo y Julio González; la abstracción geométrica y cromática de Joaquim Torres-Garcia, Alexander Calder, Fernand Léger o Alexandra Exter; el arte matérico de Antoni Tàpies y Constantin Brancusi; el arte povera de Tàpies y Eduardo Chillida; abstracciones con Manuel Rivera; y la investigación sobre el espacio y el volumen por parte de Vladimir Lebedev, Robert Delaunay y Jean Arp.

El título de la exposición surge de la novela de J.W. Goethe , ‘Las afinidades selectivas’, que 1922 el ensayista alemán Walter Benjamin dedicó un artículo a analizar las ideas sobre el arte y la creación, que contiene dicho libro. En su escrito, Benjamin expuso una serie de ideas sobre el arte y el lenguaje que en buena parte se pueden aplicar al arte del siglo XX. El arte de aquél siglo se secularizó, perdió el carácter sagrado que tenía en otras épocas, pero al mismo tiempo, se convirtió en la morada de un saber oculto, de un misterio trascendente.

Desde la perspectiva de la novela de Goethe, el concepto de afinidad selectiva remite a la atracción imperativa y misteriosa que empuja a las personas a unirse. Lo mismo pasa con las obras de arte que establecen vínculos subterráneos, por razones formales o por una necesidad interior del artista. Siguiendo esta idea, las obras se estructuran en grupos de dos o tres piezas, alrededor de una sensibilidad o de un estado de ánimo, más allá del estilo o del movimiento. La mirada obsesiva de Klimt, en un dibujo de 1917, aporta un punto de encuentro con la voluptuosidad y la intimidad de una escultura de Gargallo que consiste en una mujer desnuda que se mira en el espejo (1934). Los planes sesgados de un estable Calder, de 1962, establecen una correspondencia con una composición constructivista de Alexandra Exter, una de las grandes figuras de la vanguardia rusa, de los años 20-21. Una extraordinaria escultura de Brancusi, ‘Vis sans Fins de Pressoir’ (1922) aparece junto a una pintura de Antoni Tàpies, de 1964, con una letra T invertida. En ambos casos la materia transmite una idea de ascensión y de trascendencia. Las obras de estos vanguardistas estarán expuestas hasta el próximo 17 de diciembre.


‘Paysage’ (1929), de Fernand Léger. Fuente: Galería Manuel Barbié

 ‘Bol et compotier’ (1925), de Juan Gris. Fuente: Galería Manuel Barbié

09 noviembre 2011

Susana Bernal exterioriza sus intensas emociones

‘Adagio para muros’ es el título de la exposición de Susana Bernal (Teruel, 1980) en la Galería Artevistas de Barcelona, que consiste en una síntesis pictórica de su vida a partir del abstracto realizado con una técnica mixta que une distintos materiales como pigmentos naturales, acrílicos, óleos, spray, hojas de libros viejos, periódicos, látex y cera. De este modo pretende crear muros que le sirvan de soporte para expresar lo que quiere transmitir al ejecutar cada obra.

La artista crea cuadros de un tamaño considerable aunque lo más llamativo es su técnica junto a la gama cromática utilizada a partir de colores muy vivos (verdes, azules, rosas,…) –que contrasta con blancos y negros–. Su creación transmite distintos mensajes y fórmulas inventadas que codifican y reúnen experiencias pasadas, fuertes sentimientos o pensamientos que le aturden. Como ‘Decirte’ donde aparece este escrito: “Todo lo que nunca me atreví a decirte”. Seguramente dedicado a un ser querido. El color que predomina en esta obra es el azul fosforescente, pintado como fondo. Encima, ha realizado un collage acompañado de tonos también vivos –armarillo, rojo, naranja y rosa–, aunque hay algunas manchas de color marrón claro y negro. Otro mensaje intenso, acompañado de colores muy variados, es el que también muestra en ‘Germen de Exilio’, que se lee: “Germen de exilio, el mundo desde un semáforo rojo”. Una manera de transmitir la impotencia del no poder hacer algo. Tiempo de nostalgia y recuerdos, de situaciones incómodas o de arrepentimiento pero que con su memoria, como bien indica el título de uno de sus cuadros, ‘Sa memòria’, hay una esperanza que la lleva hacia un lugar donde abunda la serenidad y el optimismo ante lo que podrían ser recuerdos o obstáculos pasados, y lo recalca con un verde fosforescente.

Un abstractismo muy particular a partir del collage y mensajes descifrables o por descubrir que se envuelven en los estados de ánimo de Bernal tratando temas como el lamento, la memoria y el silencio, entre otros. Las sensaciones y emociones acompañadas de un cromatismo muy vivo, se pueden percibir hasta el 27 de noviembre.


‘Decirte’, de Susana Bernal


08 noviembre 2011

Joan Mateu nos acerca la soledad

Joan Mateu (Salt, Girona, 1975) ha querido transmitir la soledad, tan buena y necesaria para cualquier ser humano, que nos lleva al pensamiento, a la reflexión, a la solución, al encuentro de uno mismo y como no a la predicción. Acciones llevadas a cabo cuando uno está predispuesto. La ‘Galeria d’Art El Claustre’ de Figueres (Girona) ha querido ser testimonio de esta soledad realizando una exposición –inaugurada el pasado viernes– compuesta por 16 cuadros del artista.

En sus creaciones, el pintor juega con la luz y las sombras, de un modo muy natural, una forma de sumergirse en el realismo. En la mayoría de obras expuestas aparece una chica sola. En todas, por casualidad o no, es rubia. Siempre transmitiendo una situación de reflexión, pensamiento y hasta, melancolía. Algunas veces parece que este momento sea buscado, pero no siempre es así. Es como si el artista se preguntara en todo momento qué pasa por la mente de las personas, pero sobre todo, del sexo opuesto.

En ‘A través de la muralla’ y ‘Vía Madonna’ se representa una persona anónima sola en plena calle, en movimiento, yendo hacia un lugar del cual sólo ella es conocedora. Aún así, uno necesita a veces quedarse en un lugar tranquilo que le permita pensar. La naturaleza es un lugar excepcional que asegura el proceso correcto para la meditación. Así, el agua, que forma parte de la vida, aparece en obras como ‘la playa’ y ‘la piscina’. Un agua llena de movimiento y vida, muy bien conseguida. Cabe mencionar la espectacular transparencia y espuma de la playa que aparece en el cuadro ‘Surfer Girl’ (‘Chica surfer’). Un excelente trabajo, junto con los granos de arena que parecen tan reales, y los trazos pictóricos que representan los mechones de la chica. En general, la creación del artista produce un misterio que conduce a distintas historias, algunas de ellas oscuras, pero donde el pintor –e incluso el espectador– se identifica. Transmitir esta actitud no es nada fácil, pero Mateu lo logra gracias a su talento.

En esta exposición, no sólo está presente la soledad y el pensamiento de la figura joven femenina, sino también la soledad de un abuelo o la de un rincón de un edificio antiguo. Todos estos escenarios se podrán observar hasta el próximo 26 de noviembre.


 ‘Like a theater’, de Joan Mateu (imagen cedida por la ‘Galeria d’Art El Claustre’)
‘A través de la muralla’, de Joan Mateu (imagen cedida por la ‘Galeria d’Art El Claustre’)

07 noviembre 2011

Los paisajes íntimos de Xavier Rodés

Paisajes íntimos que muestran la huella del hombre, su paso por el sitio que ahora resta solitario. Lugares ordinarios que se vuelven insólitos, pintados por Xavier Rodés (Barcelona, 1971). La galería ‘El Quatre, Sala d’Art’ de Granollers (Barcelona) bajo el título ‘Hallazgos’ expone sus óleos sobre madera y alguno sobre tela.

Las obras, realistas, plasman el más mínimo detalle, desde las roderas de los coches que pasan por la nieve, hasta las grietas de las baldosas que se encuentran en una terraza, se deduce, que de un bar, al observar la mesa, las sillas y el lugar donde se guardan las servilletas, tan típicos de estos establecimientos. Es un sitio tranquilo y hay una botella de vino vacía, de alguien que ha caído en la ‘Tentación’, como bien señala el título del cuadro.

La playa es muy frecuentada durante los meses de verano, pero cuando termina el buen tiempo todo cambia. Rodés refleja el vacío en la costa catalana, Formentera (Islas Baleares), Barbate (Cádiz), y en las casas que se encuentran junto a la ‘Laguna’, cuyos habitantes parece que hayan desaparecido. Todos estos lugares se convierten en paisajes desérticos, como las montañas nevadas que representa en algunas obras. Pero no sólo la naturaleza se siente abandonada. También edificios que aparecen en cuadros como ‘Almacenes Masnou’, ‘Fabrica’, ‘Creep’, ‘Neblinas’ y ‘Opera’ que pasaron de un momento eufórico y lleno de vida, a caer en la absoluta soledad fruto, a lo mejor, de su destino irremediable.

Esto transmite una sensibilidad hacia los lugares, la naturaleza y las cosas, que también se puede aplicar a las personas que en un determinado momento la situación les ha llevado a estar absolutamente solas. Estos paisajes extraordinarios se pueden observar hasta el 30 de noviembre.


‘Laguna’, de Xavier Rodés (imagen cedida por la galería ‘El Quatre, Sala d’Art’)

‘Creep’, de Xavier Rodés (imagen cedida por la galería ‘El Quatre, Sala d’Art’)

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